Un postre delicioso que os vendrá bien para una fecha especial. La receta la encontré enterrada en un montón de papeles de esos que se van guardando y no sabes lo que tienes hasta que un día te decides a mirarlos, armándote de paciencia. Lo bueno de este tipo de postres es poder prepararlos con tiempo lo que nos supone un desahogo en la cocina y poder dedicarnos a otras cosas. No resulta tan empalagoso como pueda parecer y hará las delicias de toda la mesa os lo aseguro.
Ingredientes:
500 ml. de leche.
250 gr. de dulce de leche.
1 huevo.
4 yemas.
70 gr. de azúcar.
Vainilla (podéis usar un chorrito de esencia o una cucharadita de azúcar vainillado).
Caramelo líquido.
Elaboración:
Precalentamos el horno a 190º C.
Calentamos en un cazo la leche con el azúcar y la vainilla sin que llegue a hervir y apartamos. Por otro lado, batimos el huevo y las yemas y lo mezclamos con el dulce de leche. Agregamos la mezcla al cazo donde tenemos la leche y removemos hasta que quede todo perfectamente integrado.
Volcamos en un molde caramelizado y ponemos en el horno al baño maría hasta que esté cuajado, una hora aproximadamente.
Dejamos enfriar y listo para comer.
Yo lo he servido encima de una cama de natillas de vainilla que ha suavizado mucho el sabor del dulce de leche.
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